Vijayanagara: La ciudad mandala

Vijayanagara (La ciudad de la Victoria) fue fundada en el siglo XIV y fue la capital del Imperio que lleva el mismo nombre. En un decreto del año 1346 la ciudad es nombrada como Vidyanagara (La ciudad de la Sabiduría). Situada a unos 320 km al suroeste de Hyderabad, fue una de las ciudades más grandes de su época con una duración entre el 1336 y el 1646 d.C., fue fundada por Harihara I[ref]Harihara I, 1336-1356 d.C,  llamado Hakka ಹಕ್ಕ y Vira Harihara I, es el fundador del imperio Vijayanagara. Fue el primer hijo de Bhavana Sangama del clan kuruba y fundador de la dinastía Sangama, la primera y más duradera de las cuatro dinastías que gobernaron en Vijayanagara.[/ref] y su hermano Bukka Raya I[ref]Bukka ಬುಕ್ಕ್ (1356-1377), también llamado Bukka Raya I, fue el segundo rajá (Emperador) de la dinastía Sangama, que gobernó el imperio Vijayanagara, en el sur de la India, entre los siglos XIV y XVII.[/ref].

Vijayanagara

[pullquote] La ciudad fue planeada por los arquitectos como un gran mandala, un diagrama religioso utilizado como ayuda para la meditación en distintas tradiciones budistas indias y tibetanas…[/pullquote] La ciudad fue planeada por los arquitectos como un gran mandala, un diagrama religioso utilizado como ayuda para la meditación en distintas tradiciones budistas indias y tibetanas, y también como base para la construcción de la arquitectura religiosa hindú. Los templos simbolizan el monte Meru, la montaña mítica cósmica que se encuentra en el centro del mundo, sobre la cual brillaba la estrella Polar, centro de la esfera celeste. El mandala del templo fue el «Vastupurusha mandala», que sirvió para establecer los límites del recinto sagrado, alineado con los puntos cardinales.

El investigador John M. Fritz[ref]Fritz, John M. Brubaker, Robert P. Raczek, Teresa P Raczek. Vijayanagara Research Project Monograph Series, Vol 10: Vijayanagara Archaeological Pt I and II[/ref] ha sugerido que toda la ciudad real de Vijayanagara debe entenderse como un lugar sagrado, que contiene las mismas relaciones espaciales mandálicas que el clásico templo hindú. Junto con el astrofísico John McKim Malville, Fritz estudió más de 150 templos y santuarios dentro de la ciudad y descubrió que aunque muchos se hallaban orientados de norte a sur, los ejes de algunos templos estaban claramente girados respecto a los puntos cardinales. Estos investigadores advirtieron que tales templos girados se alineaban con las colinas cercanas, a las que se había integrado en el conjunto del modelo cosmológico.

Carro tirado por elefantes, símbolo de la Sabiduría.
Carro tirado por elefantes, símbolo de la Sabiduría.

El cielo, los templos y la topografía del lugar se habían fundido en un todo. Conjeturaron que la clase sacerdotal y la aristocracia se habrían identificado más con la orientación según los puntos cardinales, pero que el campesinado podía haber encontrado un mayor sentido a la orientación según la topografía del lugar. Una noche, mirando hacia el norte a lo largo del claro eje norte-sur de Vijayanagara, Malville comprendió cómo se sintetizaban poderosamente todos estos elementos. Visto desde el interior de la avenida ceremonial del eje, el templo de Virabhadra estaba en la cima de la colina de Matanga, con la estrella Polar brillando encima del mismo, ¿quien puede dudar de que Vijayanagara fue, en tiempos, una ciudad mágica, protegida por los dioses y los mitos?

 

Vijayanagara, un imperio ecléctico

Vijayanagara

Durante las épocas de mayor estabilidad el Imperio Vijayanagara fue excepcional debido a su eclécticismo y al afloramiento de las artes, se realizaron grandes inversiones en infraestructuras, monumentales proyectos arquitectónicos a largo plazo y se fomentaba el patrocinio y mecenazgo de artistas de todo tipo, músicos, escritores, poetas, escultores, pintores, religiosos e incluso deportistas. El sistema de castas establecido no impidió en absoluto que las personas que destacaban por sus cualidades ocuparan altos cargos o fueran reconocidos y recompesados por su valía prestada a la sociedad.

La arquitectura del Vijayanagara destaca por ser una combinación ecléctica de los estilos Chalukya, Pandya, Hoysala y Chola, los estilos arquitectónicos de la región en los siglos anteriores. Eso hizo que todas las Artes se fusionaran en un precioso eclecticismo que unió la música, la pintura o la escultura. También dio lugar a poetas, intelectuales y filósofos quienes gozaban de total libertad para escribir en cualquier lengua local como podrían ser el kannada, el télugu o el támil, trataban materias como la religión, las biografías o las novelas de ficción conocidas como Prabandha, la música, la poesía, la gramática o la medicina, tal es el éxito que este eclecticismo se mantuvo durante siglos después de la caída del Imperio.

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