La caza estaba muy extendida entre los nobles. Era una de sus diversiones preferidas. La cinegética está muy desarrollada y en especial la cetrería. Los expertos dejaron numerosos textos en los que se daba cuenta de los pasos a seguir para hacerse con un halcón obediente y mortal.
En primer lugar, el cetrero debía hacerse con una cría joven o recién nacida, pues esta era la mejor forma para que una doma fuera efectiva.
En segundo lugar, el cazador debe acostumbrar al halcón a su presencia. Lo mejor era que él mismo lo alimentara y lo dejará reposar sobre su brazo, eso sí, convenientemente forrado con cuero.
Una vez terminada la doma, había que enseñar a cazar al halcón. Para eso había que sujetar un largo cordel a una de sus patas y poner además una campanilla que permitiese conocer el cazador, en todo momento, la ubicación del pájaro. También había que enseñarle a volar en círculos. Es el animal respondía se premiará con carne, pero no en demasía, no fuera que la halcón se acostumbra a comer sin esfuerzo y serenas a trabajar. Una vez finalizado este largo aprendizaje, el depredador que estaba listo para cazar.